Revista Comarcal

Revista Comarcal

Logo Facebook

EDITORIAL 63

Si La Montaña aún camina hacia adelante, desde luego no se lo debe a los políticos que nos desnortan y aplican políticas a mayor gloria de los partidos a los que deben obediencia y sumisión. El sistema político de La Restauración de finales del XIX aún pervive entre nosotros; solo que ahora el pucherazo presuntamente se hace contándonos como al ganado y recogiendo los votos cocina por cocina. Los próceres que padecemos llevan presuntamente casi cuarenta años en la autonomía castellana y en especial en concejos menores y ayuntamientos de nuestra comarca poniendo su lealtad y los intereses de aquellos que les han votado, a merced del partido al que pertenecen, entregados de jure a sus jerarquías superiores, sometidos como esclavos a su poder; ellos sabrán por qué se comportan tan ladinamente con su gente. Los que aquí resisten y sus hijos solo podrán progresar, habitar y reproducirse en la tierra de sus antepasados si toman más responsabilidad en las decisiones políticas que otros toman sobre sus vidas y haciendas. Poco a poco debe emerger en La Montaña, quizás ocurre ya, una sociedad más sensibilizada y cívica que tome las riendas de su destino y se implique en mejorar el presente, base de nuestro futuro. Por eso, muchas de las decisiones de aquellos que nos gobiernan deben ser puestas en cuarentena; llevan años demostrando un desprecio mal disimulado a la inteligencia del pueblo, al que preparan una caldereta aliñada en Valladolid, vía Diputación, difícil de digerir, pongamos por ejemplo las famosas Directrices de Ordenación del Territorio; ¿qué fue de ellas? Retomando el principio de nuestro discurso, si la montaña aún no ha bajado la persiana es porque bien o mal, nuestro pasado concejil, germen de la auténtica democracia, aún sobrevive. Si fuésemos conscientes del poder de las juntas vecinales, no del poder real que tienen actualmente, tan presuntamente manipuladas como están por los partidos que detentan los ayuntamientos, sino del poder que tendrían si fuesen conscientes del buen gobierno e igualitarismo que late aún en ellas. Habría que revolver las arcas concejiles y sacar todas las pragmáticas, fueros y privilegios otorgados desde el tiempo de los Trastámara y más allá, para exigir muchos de los derechos que se han conculcado para favorecer a aquellos que realmente hoy poseen esta tierra de montañas; alguno se llevaría una sorpresa al conocer la validez actual de muchos de esos antiguos legajos. El futuro solo es posible si salimos de la reserva india en que se han convertido nuestros pueblos esperando subvenciones cortas o que no llegan y posesionarnos poco a poco de nuestra tierra, tan bien dotada en cuanto a patrimonio natural e histórico, pero que se presenta y vende muy mal. Y es ahí, en el campo de la única industria autóctona que tenemos: el turismo y la cultura, donde emergen nuestras fortalezas. Un turismo de calidad demanda contenidos y actividades que nacen del conocimiento de nuestro inmediato y lejano pasado. Al turismo no se le puede mandar al monte como a las cabras. Desde Peñacorada hasta los puertos con Asturias y Cantabria tenemos un sinfín de posibilidades turísticas y agroganaderas que unen a la perfección patrimonio natural, arqueológico e histórico. Habitamos uno de los espacios más ricos en biodiversidad del mundo. Un territorio humanizado desde hace milenios, protegido por centenarias y sabias ordenanzas concejiles, herencia entregada a nosotros por nuestros antepasados, eslabones de la cadena que nos une a los que comenzaron la primera reconquista, reservorio y origen de la Nación Española. Debemos estar orgullosos de nuestra tierra que atesora una historia muy densa, historia local pero a la vez universal. La cultura, tan importante como lo puede ser el agua y los servicios públicos, comienza a ser tenida en cuenta. Se establece ahora en la Montaña la sede del Instituto Bíblico y Oriental, en breve comienzan las obras en Cistierna (museo y biblioteca); La Ercina (museo arqueología castreña); Sabero (museo y escuela de Artes Plásticas); Crémenes (Cátedra de los Orígenes de la Nación Española). Una potente oferta cultural que fortalece, nos llena de autoestima y se añade a otras muchas sinergias y actividades deportivas, culturales, asociativas que poco a poco van surgiendo para crear una oferta turística digna, única en España. Que el amor a nuestra hermosa y antigua tierra dirija todos nuestros deseos y anhelos cuando la luz ya empieza a vislumbrarse en el horizonte.