Revista Comarcal
Con el verano y su calor la Montaña renace de un letargo invernal. Es época de hierba, puerto y fiestas, muchas fiestas, incluso se festeja a esos patrones que no tuvieron suerte en el calendario y su onomástica tiene corte invernal.
Es un período con fecha de caducidad y repunte en agosto, lo sabemos, pero durante el verano los pueblos se siguen llenando de gente y recuperan siquiera algo del vigor y bullicio que mostraban hace años.
Los analistas del turismo dicen que la cosa no va mal, lo que ayuda a consolidar un sector que ahora es clave en la economía comarcal y lo que nos indica que mucha gente gusta de la Montaña y sus maravillas naturales. Muchas casas se desperezan y secan con los aires veraniegos y volvemos a ver a aquellos que, por obligación o por devoción, cambiaron la ubicación de sus vidas a zonas urbanas pero sin olvidar sus raíces. Más de 140.000 personas "rellenan" durante el verano todo el medio rural de la Provincia de León y muchos de ellos vienen a la Comarca de Riaño. En definitiva, la Montaña está en la mente y en los pensamientos de mucha gente, lo que podemos y debemos interpretar como oportunidad de futuro, mucho más a poco que cambien las tornas del modelo actual y el medio rural deje de estar maltratado por políticas nefastas de Ordenación Territorial que merman la disposición de servicios públicos disminuyendo el atractivo como zona de residencia permanente. Los tiempos cambian, la forma de trabajo también y hay que valorar esas variables con mesura.
Estar presente en el imaginario de todos aquellos que deciden visitar la Comarca presupone cierta relevancia para ellos y también debe serlo para nosotros. Ningún objetivo que nos propongamos va a resultar fácil de conseguir, pero hay oportunidades que se deben tener en cuenta para aprovecharlas de la mejor manera posible, o puede que solo sea nuestro deseo de encontrar luz al final del túnel de la despoblación.
